La experiencia inicial de la técnica “valve in valve” para tratar prótesis biológicas quirúrgicas disfuncionantes mediante una válvula implantada por cateterismo (TAVI) mostró resultados aceptables en agudo. Esto colocó a la técnica como una opción terapéutica más que podría incluso hacer repensar la edad de corte para implantar una válvula biológica o mecánica en la cirugía.
En general, una edad de aproximadamente 65 años se considera como corte para decidir entre una prótesis biológica o una mecánica. No obstante, con la aparición del “valve in valve” se podría pensar que, en un futuro, pacientes más jóvenes podrían recibir válvulas biológicas, sabiendo que, al momento de degenerar, existiría un tratamiento razonable que no requeriría re-operación, evitando además todos los eventos que tiene asociada la anticoagulación con las válvulas mecánicas.
Este trabajo tuvo como objetivo evaluar los resultados a 30 días y al año de una gran cohorte de pacientes de alto riesgo quirúrgico que recibieron “valve in valve”. Todos los pacientes con válvulas biológicas quirúrgicas disfuncionantes y alto riesgo quirúrgico (≥50% de morbilidad mayor o mortalidad) para una re-operación fueron enrolados prospectivamente en el registro multicéntrico PARTNER.
Se incluyeron 365 pacientes con un STS score medio de 9.1 ± 4.7%, observándose a 30 días una mortalidad por cualquier causa del 2.7%, stroke del 2.7%, complicaciones vasculares mayores del 4.1%, conversión a cirugía del 0.6%, oclusión coronaria del 0.8% y necesidad de marcapaso del 1.9%. A un año la mortalidad resultó del 12.4%.
No quedaron dudas de que la técnica “valve in valve” requiere experiencia, y esto fue muy obvio en los resultados. Entre los primeros pacientes del registro y los últimos se observó una diferencia muy significativa en mortalidad tanto a 30 días (8.2% vs. 0.7% respectivamente; p=0.0001) como al año (19.7% vs. 9.8%, respectivamente; p=0.006).
A un año el gradiente medio fue de 17.6 mmHg y el área efectiva de 1.16 cm² con solo un 1.9% de insuficiencia aórtica mayor a leve.
También se observó un aumento de la fracción de eyección, una reducción del índice de masa ventricular y una reducción tanto de la insuficiencia mitral como tricuspídea concomitantes.
Los cuestionarios de calidad de vida y el test de la marcha de los 6 minutos también mejoraron significativamente.
Conclusión
En pacientes de alto riesgo con prótesis quirúrgicas disfuncionantes la técnica de “valve in valve” se asoció con una mortalidad y tasa de complicaciones relativamente bajas y una mejoría funcional significativa.
Título Original: Transcatheter Aortic Valve Implantation Within Degenerated Aortic Surgical Bioprostheses. PARTNER 2 Valve-in-Valve Registry.
Referencia: John G. Webb et al. J Am Coll Cardiol 2017;69:2253–62.
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