Aunque la actividad física es una recomendación ampliamente aceptada para prevenir enfermedades cardiovasculares, persisten interrogantes respecto al impacto de volúmenes muy elevados de ejercicio. Algunos estudios en atletas de resistencia han evidenciado una mayor carga de placas coronarias, predominantemente calcificadas y estables, mientras que otros han reportado un incremento de placas no calcificadas o mixtas, con mayor riesgo asociado.
Este estudio observacional, retrospectivo y de cohorte evaluó si los altos volúmenes de ejercicio modifican el perfil de enfermedad coronaria detectado por tomografía computada (CTA) y los eventos clínicos, en comparación con individuos sedentarios. Se incluyeron 224 pacientes sintomáticos (angina, disnea o estudios patológicos sugestivos de enfermedad coronaria) sin diagnóstico previo de enfermedad coronaria, con probabilidad pre-test baja o intermedia, derivados para CTA en un contexto clínico real. Se compararon 100 pacientes con altos niveles de ejercicio (≥3–5 veces por semana y ≥1 h por sesión; volumen semanal promedio: 9 horas; MET promedio: 8,78 ± 3,5) con 124 controles sedentarios. El seguimiento medio fue de 3,95 ± 1,0 años. Solo se consideró ejercicio de resistencia (como running, ciclismo, esquí de montaña o natación), excluyéndose actividades de fuerza, mixtas o de baja intensidad.
El punto final primario fue la presencia de placas de alto riesgo (HRP); los secundarios incluyeron el score de calcio coronario (CAC), la severidad de la estenosis (CAD-RADS), eventos cardiovasculares mayores (MACE) y necesidad de revascularización. Ambos grupos fueron comparables en edad (56,7 vs 58,1 años; p=0,328) y dislipidemia (48 % vs 54 %; p=0,393), aunque los atletas presentaron menor prevalencia de hipertensión (37 % vs 54 %, p=0,016), diabetes (5 % vs 13,7 %, p=0,032) y menor índice de masa corporal (24,3 vs 28,2 kg/m², p<0,001).
No se observaron diferencias significativas en el CAC (80,5 vs 107,7 AU; p=0,820), en la severidad de la estenosis coronaria (p=0,394) ni en la tasa de eventos clínicos: muerte (0 % vs 0,8 %), síndrome coronario agudo (2 % vs 2,4 %) y necesidad de revascularización (7 % vs 10,5 %; p=0,501). La prevalencia de HRP fue menor en el grupo con mayor ejercicio (17 % vs 20,9 %; p=0,435), aunque sin alcanzar significación estadística, diferencia que además desapareció tras ajustar por factores de riesgo.
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Luego del emparejamiento por todos los factores de riesgo cardiovascular, el análisis multivariado y los modelos de regresión logística no evidenciaron asociación entre altos niveles de ejercicio y la presencia de HRP o CAC elevado.
Conclusión
Niveles elevados de ejercicio (promedio de 9 horas semanales) no se asocian con mayor severidad de estenosis coronaria, score de calcio coronario ni eventos cardiovasculares. Por el contrario, se relacionan con menor prevalencia de diabetes, hipertensión y un índice de masa corporal más bajo. Este estudio confirma que incluso altos volúmenes de ejercicio recreativo no profesional no generan efectos adversos sobre la morfología coronaria ni sobre las características de las placas.
Título Original: The influence of high exercise levels on the coronary atherosclerosis profile by computed tomography angiography and outcomes.
Reerencia: Gudrun M. Feuchtner et al. American Journal of Preventive Cardiology, 2025; doi:10.1016/j.ajpc.2025.101044.
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