Gentileza del Dr. Juan Manuel Pérez.
Los trastornos de conducción son frecuentes después del TAVI, en parte asociados a la inflamación perioperatoria. La colchicina, con reconocido efecto antiinflamatorio y beneficios demostrados en otras enfermedades cardiovasculares, no había sido evaluada previamente en este contexto.

Este estudio retrospectivo multicéntrico, basado en la base de datos TriNetX de organizaciones sanitarias de EE. UU., analizó la asociación entre el uso de colchicina (sin especificar la dosis) en los 3 meses previos al TAVI y la incidencia de trastornos de conducción, comparando con pacientes nunca expuestos.
De un total de 52.860 pacientes sometidos a TAVI entre 2013 y 2024, 702 recibieron colchicina antes del procedimiento. La edad media fue de 77,5 ± 8,7 años y el 62% eran varones. El objetivo primario fue evaluar, a 1 y 6 meses, la aparición o empeoramiento de bloqueo de rama izquierda (BRI), bloqueo auriculoventricular (BAV) —incluyendo primer, segundo o tercer grado— y del combinado de todos los trastornos de conducción (TC) (BAV de 1°, 2° y 3°, y BRI). Los objetivos secundarios incluyeron la aparición de BAV/BRI de alto grado, la necesidad de marcapasos definitivo (MCP) o estimulación transitoria (ET), arritmias, fibrilación auricular (FA) de novo, complicaciones mecánicas de la prótesis, inestabilidad hemodinámica de causa cardíaca (IHCC) y mortalidad.
A 1 mes, la colchicina se asoció con un menor riesgo de BAV/BRI (34,3% vs. 39,6%; p=0,041) y de cualquier TC (41,5% vs. 46,7%; p=0,047). Sin embargo, a 6 meses no se observaron diferencias significativas en BAV/BRI (37,6% vs. 42,5%; p=0,064) ni en TC (45,0% vs. 49,3%; p=0,109). Tampoco hubo diferencias en la necesidad de MCP, ET, BAV/BRI de alto grado, arritmias, FA, complicaciones protésicas, IHCC o mortalidad.
El análisis de sensibilidad mostró que, al excluir a los pacientes con trastornos de conducción previos, la colchicina redujo a 1 mes el riesgo de BAV/BRI de novo (24,5% vs. 30,7%; p=0,049), TC (30,2% vs. 37,4%; p=0,031) y BAV/BRI de alto grado (20,0% vs. 26,0%; p=0,045). Este beneficio fue más evidente a partir de 2020, coincidiendo con técnicas de implante valvular menos profundas, lo que resalta el posible componente inflamatorio. No obstante, estas diferencias tampoco se mantuvieron a 6 meses de seguimiento.
Conclusión
La administración de colchicina en los 3 meses previos al TAVI se asoció con una menor incidencia de BAV/BRI y TC durante el primer mes postoperatorio, especialmente en pacientes sin trastornos de conducción previos. Sin embargo, no se observaron diferencias a 6 meses ni en otros desenlaces clínicos mayores. Se requieren estudios prospectivos aleatorizados para confirmar estos hallazgos y definir el papel de la colchicina en la prevención de trastornos de conducción tras el TAVI.
Título Original: Preoperative Colchicine and Conduction Disturbances After Transcatheter Aortic Valve Implantation: A US Retrospective Cohort Analysis.
Referencia: Kerollos Abdelsayed et al. Journal of the American Heart Association, 2025;14:e043791. DOI:10.1161/JAHA.125.043791.
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