La estenosis aórtica severa en mujeres presenta ciertas diferencias en comparación con los hombres, como anillos aórticos más pequeños, mayor fibrosis miocárdica difusa, hipertrofia concéntrica más pronunciada, falla diastólica más frecuente y una mayor incidencia de insuficiencia cardíaca con función conservada. Además, suele asociarse a una menor prevalencia de enfermedad coronaria y de calcificación valvular.

Como es bien conocido, el TAVI ha demostrado beneficios en diferentes grupos de riesgo. En mujeres, diversos análisis han revelado una mayor asociación con complicaciones vasculares, insuficiencia renal, mismatch protésico y mortalidad.
El estudio RHEIA, un ensayo randomizado y multicéntrico, incluyó a 420 mujeres con estenosis aórtica severa. De ellas, 215 fueron tratadas con TAVI y el resto con cirugía de reemplazo valvular aórtico (SVAR).
El TAVI se realizó con válvulas balón-expandibles SAPIEN 3 y SAPIEN 3 ULTRA.
Se excluyeron pacientes con válvulas aórticas unicúspides, bicúspides, no calcificadas, enfermedad coronaria compleja o características anatómicas desfavorables tanto para TAVI como para cirugía.
El punto final primario (PFP) fue un compuesto de mortalidad por cualquier causa, ACV, rehospitalización relacionada con el procedimiento valvular o empeoramiento de la insuficiencia cardíaca al año de seguimiento.
Las características basales fueron similares en ambos grupos: edad promedio de 73 años, STS de mortalidad de 2.1% y EuroSCORE de 1.7%. La prevalencia de diabetes fue del 26%, enfermedad coronaria 19%, enfermedad vascular periférica 3%, EPOC 6.5%, ACV previo 3.6%, e insuficiencia renal escasa.
La presencia de fibrilación auricular fue del 4%, marcapasos definitivo 3%, bloqueo completo de rama derecha 6% y bloqueo completo de rama izquierda 6%.
La fracción de eyección fue del 67%, el área valvular promedio de 0.8 cm², el gradiente medio de 48 mmHg, el perímetro del anillo de 72 mm y el área del anillo de 400 mm².
La válvula más utilizada en TAVI fue la de 23 mm (63%), seguida por la de 26 mm.
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Al año de seguimiento, el PFP favoreció al TAVI: 8.9% vs. 15.6% (−6.8% con un límite superior del 95% de confianza de −1.5%, lo cual demostró no inferioridad respecto al margen preespecificado del 6%; p < .001). Además, el intervalo de confianza bilateral del 95% (−13.0% a −0.5%) brindó evidencia de superioridad (p = .034).
La mortalidad por cualquier causa fue de 0.9% en el grupo TAVI y 2% en el grupo SVAR (HR = 0.47; IC 95%: 0.09–2.59). La incidencia de ACV fue similar: 3% vs. 3.3% (HR = 1.12; IC 95%: 0.37–3.32). La tasa de rehospitalización fue menor en el grupo TAVI: 5.8% vs. 11.4% (HR = 0.40; IC 95%: 0.18–0.81).
La fibrilación auricular fue más frecuente en quienes recibieron SVAR (28.8% vs. 3.3%), mientras que la necesidad de marcapasos fue mayor con TAVI (8.8% vs. 2.9%).
Ambos grupos mostraron mejoría en clase funcional, prueba de marcha de 6 minutos y calidad de vida.
Conclusión
Entre las mujeres con estenosis aórtica severa, la incidencia del compuesto de muerte, stroke o rehosipitalización a un año fue mneor con TAVI que con cirugía.
Título Original: Transcatheter vs. surgical aortic valve replacement in women: the RHEIA trial.
Referencia: Didier Tchetche, et al. European Heart Journal (2025) 46, 2079–2088.
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