Las oclusiones totales crónicas (CTO) representan un desafío significativo en la práctica clínica actual, ya que su abordaje mediante angioplastia coronaria (ATC) es complejo y conlleva una tasa ligeramente superior de complicaciones en comparación con las lesiones no CTO.
El impacto de la revascularización en la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEY) es variable y depende de los análisis realizados. Por ejemplo, en los estudios EXPLORE y REVASC, no se observaron mejorías en la FEY, los volúmenes ventriculares ni los movimientos segmentarios. Sin embargo, otros estudios y metaanálisis han reportado cierta mejoría, especialmente en pacientes con deterioro previo de la función ventricular.
Un análisis realizado en 142 pacientes con CTO mostró que la angioplastia fue exitosa (ATC-E) en 121 de ellos (85.2%).
Los grupos fueron similares en sus características clínicas, aunque los pacientes en quienes la ATC no fue exitosa (ATC-F) eran de mayor edad (64.6 años vs. 69.7 años, p=0.008) y presentaron un mayor tiempo de fluoroscopía (55.7 minutos vs. 37.7 minutos, p<0.001).
Las mujeres representaron un tercio de la población. No hubo diferencias significativas en la prevalencia de hipertensión (97%), diabetes (51%), antecedentes de ATC (62%), cirugía de revascularización miocárdica (21%), accidente cerebrovascular (24%), fibrilación auricular (29%), EPOC (11%), disfunción renal (47%) o necesidad de diálisis (10%). La FEY inicial promedio fue del 49%, con un 37% de los pacientes presentando ≤50% y un 23% con ≤30%.
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La arteria coronaria derecha fue la más frecuentemente afectada (50%), seguida de la descendente anterior (31.7%) y la circunfleja (18.3%).
El puntaje J-CTO promedio fue de 2, con una distribución de 0 en el 9.2%, 1 en el 19.7%, 2 en el 43.7% y ≥3 en el resto de los casos. El tiempo promedio del procedimiento fue de 107 minutos, con un volumen de contraste administrado de 222 ml.
Resultados del seguimiento
El seguimiento, realizado a los 8.4 meses mediante ecocardiografía, mostró que en los pacientes con ATC-E hubo un incremento significativo de la FEY (48.2% a 51.8%, p<0.001), con un 29% de los casos mostrando una mejoría ≥10%. Por el contrario, en los pacientes con ATC-F no se observó ni incremento ni deterioro en la FEY.
Entre los pacientes con una FEY inicial <50% (n=50) y ATC-E, la FEY mejoró significativamente (32.6% a 40%, p<0.001), y en 24 de ellos el incremento fue ≥10%. Aunque se observó una mejoría no significativa en la clase funcional según la Canadian Cardiovascular Society, no hubo cambios de acuerdo a la New York Heart Association.
En la población general no se encontraron cambios en la FEY relacionados con el vaso tratado en la ATC-E. Sin embargo, en aquellos con FEY <50%, las mejoras fueron más notables según el vaso tratado:
- Descendente anterior: 9.4%.
- Circunfleja: 6.3%.
- Coronaria derecha: 7.3%.
En el análisis multivariado, la ATC-E fue un predictor significativo de mejoría en la FEY (≥10%) en pacientes con deterioro de la función ventricular basal. Sin embargo, la localización de la CTO no resultó ser un predictor relevante de mejoría en la FEY.
Conclusión
El éxito de la ATC en las CTO se asocia con una modesta mejoría en la fracción de eyección del ventrículo izquierdo, siendo esta más pronunciada en pacientes con una FEY basal reducida.
Título Original: Assessment of Left Ventricular Function After Percutaneous Coronary Intervention for Chronic Total Occlusion.
Referencia: Yasser M. Sammour, et, al. Journal of the Society for Cardiovascular Angiography & Interventions 4 (2025) 102460 https://doi.org/10.1016/j.jscai.2024.102460.
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