La angioplastia coronaria (PCI) en lesiones calcificadas continúa siendo uno de los escenarios más desafiantes de la práctica diaria, dado que estas lesiones predisponen a una subexpansión del stent, malaposición, perforaciones y una mayor tasa de reintervención.

En este contexto, la tomografía de coherencia óptica (OCT) se ha consolidado como una herramienta fundamental, capaz de cuantificar la carga y el espesor del calcio, orientar una adecuada preparación de la placa, optimizar el tamaño del stent y mejorar la estrategia de implantación. Sin embargo, la evidencia aleatorizada sobre PCI guiada por OCT en enfermedad calcificada sigue siendo limitada.
El estudio CALIPSO, publicado por Amabile N. et al., tuvo como objetivo evaluar si una estrategia de PCI guiada por OCT, acompañada de algoritmos estandarizados para la preparación de la placa, la selección del stent y la optimización postimplantación, puede lograr una mayor expansión luminal (medida como área mínima del stent, MSA) en comparación con la guía angiográfica estándar en lesiones calcificadas.
Se trató de un estudio abierto, multicéntrico, con aleatorización 1:1, realizado en 12 centros de Francia. Se incluyeron pacientes con síndrome coronario crónico (SCC) y una lesión objetivo con calcificación angiográficamente moderada o severa. En ambas ramas se efectuó una adquisición de OCT post-PCI para evaluar el MSA.
Se analizaron 134 pacientes para la evaluación del desenlace principal (65 OCT; 69 angiografía). El punto final primario mostró una ventaja significativa para OCT: el MSA medio fue de 6.5 mm² vs. 5.0 mm² con angiografía (p < 0.001). La proporción de pacientes con MSA ≤4.5 mm² fue significativamente menor con OCT (8% vs. 36%; p < 0.001). Asimismo, el área media del stent fue superior con OCT (8.4 vs. 7.4 mm²; p < 0.001), diferencias que se mantuvieron consistentes en los subanálisis según severidad y extensión del calcio.
La estrategia guiada por OCT promovió además un uso más temprano y dirigido de dispositivos de modificación de placa: la litotricia intravascular (IVL) se empleó como primera línea en el 46% de los casos (frente al 12% en el grupo angiográfico; p < 0.001), con una menor necesidad de intervenciones de rescate (“bailout”) (6% vs. 20%; p = 0.02). La incidencia de complicaciones periprocedimiento fue similar entre ambos grupos, aunque con una tendencia a mayor malaposición en el grupo angiográfico.
En el 43% de los casos de la rama OCT, la primera evaluación post-PCI motivó maniobras adicionales que incrementaron la MSA media de 5.9 a 7.2 mm² (p < 0.001). Incluso antes de dichas maniobras, los valores de MSA ya eran superiores respecto a la guía angiográfica.
Conclusión
En pacientes con SCC y lesiones calcificadas moderadas o severas, la estrategia de PCI guiada por OCT con algoritmos estandarizados logra una mayor expansión luminal (MSA) en comparación con la angiografía. El estudio CALIPSO refuerza la adopción sistemática de la imagen intracoronaria como herramienta clave para una adecuada preparación de la placa y una óptima implantación del stent en este escenario clínico complejo.
Título original: OCT vs Angiography for Guidance of Percutaneous Coronary Intervention of Calcified Lesions The CALIPSO Randomized Clinical Trial.
Fuente: Amabile N, Rangé G, Landolff Q, Bressollette E, Meneveau N, Lattuca B, Levesque S, Boueri Z, Adjedj J, Casassus F, Belfekih A, Veugeois A, Souteyrand G, Honton B. OCT vs Angiography for Guidance of Percutaneous Coronary Intervention of Calcified Lesions: The CALIPSO Randomized Clinical Trial. JAMA Cardiol. 2025 Jul 1;10(7):666-675. doi: 10.1001/jamacardio.2025.0741. PMID: 40305015; PMCID: PMC12044539.
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