TAVI en válvulas bicúspides

La válvula aórtica bicúspide (BAV) afecta al 1%-2% de la población y se manifiesta con estenosis aórtica severa en la edad media de la vida.

TAVI: Balón expandible o autoexpandible ¿Cuál es la respuesta?

Se caracteriza por tener una anatomía muy diferente y con mayor calcificación que la válvula aórtica tricúspide. En la actualidad, la cirugía es la primera indicación para su tratamiento.

El TAVI en este escenario ha demostrado, en diferentes estudios, una evolución muy similar a la cirugía. Sin embargo, en muchos de ellos, se ha relacionado con una mayor presencia de regurgitaciones paravalvulares o una mayor necesidad de marcapasos, especialmente cuando se utilizaron válvulas de primera generación, tanto balón expandibles (BEV) como autoexpandibles (SEV). Además, no disponemos de información a largo plazo sobre su eficacia.

Se realizó un análisis retrospectivo de 150 pacientes con estenosis aórtica severa por BAV que recibieron TAVI. De ellos, 83 recibieron SEV (CoreValve, CoreValve Evolut R, CoreValve Evolut PRO) y 67 BEV (Edwards Lifesciences Sapien 3 Valve).

El Punto Final Primario (PFP) fue el compuesto de muerte de cualquier causa, stroke o necesidad de reintervención a los 3 años.

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La edad media fue de 81 años, con un 32% de mujeres. El STS de mortalidad fue del 5.4%. El 15% presentaba diabetes, el 75% hipertensión, y el 8% stroke. El filtrado glomerular (eGFR) estimado fue de 60 ml/min, con un 17% de BCRD y un 18% con BCRI. Los pacientes que recibieron BEV recibieron con mayor frecuencia angioplastia coronaria, así como una mayor incidencia de fibrilación auricular (46.3% vs. 27.7%, p=0.019) y bloqueo auriculoventricular de primer grado (14.9% vs. 4.8%, p=0.034).

La función ventricular fue menor en los pacientes que recibieron BEV (50% vs. 57%, p=0.002), y el área valvular aórtica fue menor (0.68 cm2 vs. 0.76 cm2, p=0.004). No hubo diferencias significativas en el tipo de válvula aórtica bicúspide ni en el grado de calcificación, pero los pacientes que recibieron BEV tenían un mayor perímetro y área anular.

El éxito del implante fue similar, pero los pacientes que recibieron SEV requirieron más pre-dilatación y post-dilatación.

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A los 30 días y al año de seguimiento, no hubo diferencias en la mortalidad cardiovascular o de cualquier causa, stroke o necesidad de marcapasos definitivo. Sin embargo, el gradiente fue menor en los pacientes que recibieron SEV, pero hubo una mayor presencia de regurgitación ≥moderada sin alcanzar significancia estadística.

A los 3 años, no hubo diferencias en el PFP (35.9% vs. 32%, p=0.660 para SEV y BEV, respectivamente). Tampoco se observaron diferencias en la mortalidad de cualquier causa, mortalidad cardiovascular, stroke, reintervenciones, fugas paravalvulares ni en la necesidad de marcapasos definitivo. El gradiente mostró una tendencia a ser menor en los pacientes que recibieron SEV (8.8 mmHg vs. 10.3 mmHg, p=0.063).

Conclusión

En este estudio de un solo centro se observó una favorable evolución a los 3 años en pacientes no seleccionados con estenosis aórtica con válvula bicúspide tratados con dispositivos de diferentes generaciones, sin diferencia entre los que recibieron SEV o BEV.

Dr. Carlos Fava - Consejo Editorial SOLACI

Dr. Carlos Fava.
Miembro del Consejo Editorial de SOLACI.org.

Título Original: Three‐year clinical outcomes after transcatheter aortic valve implantation in patients with bicuspid aortic disease: Comparison between self‐expanding and balloon‐expandable valves

Referencia: Mauro Boiago, et al. Catheter Cardiovasc Interv. 2024;103:1004–1014. 


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