Intervenciones en arteritis de Takayasu ¿terapéutica de rescate o una alternativa complementaria a la inmunosupresión? 

La arteritis de Takayasu (TAK) es una vasculitis granulomatosa de grandes vasos poco frecuente y su afectación principal es en la aorta y en sus ramas principales. 

intervencion percutanea

El compromiso vascular más frecuentemente observado son las lesiones obstructivas o lesiones aneurismáticas o por disección. En 2021, la American College of Rheumatology no recomendó la intervención vascular percutánea (IP) en estos pacientes, sino solamente el tratamiento médico inmunosupresor.

El grupo de Joseph, G et al., del Christian Medical College de Vellore (India) presentó una de las series más grandes a nivel global de pacientes con TAK, con el objetivo de evaluar de manera prospectiva los procedimientos en TAK y analizar sus desenlaces tanto tempranos como tardíos. 

La mayoría de los pacientes se encontraron con tratamiento corticoideo y algún agente de segunda línea (micofenolato), mientras que en casos refractarios se utilizó la terapéutica con agentes biológicos (como tocilizumab). 

Se decidió la IP en aquellos casos con síntomas, lesión hemodinámicamente significativa, o lesiones severas (estenosis ≥70%, o aneurismas fusiformes de ≥5cm de diámetro o que presentara alto riesgo de complicaciones). Posterior al tratamiento, se consideró a la intervención como exitosa (lesión residual <50), subóptima (residual entre 50% y 69%) y falla (lesión residual ≥70%). Por otro lado, para las lesiones aneurismáticas o disecciones se definió como “exitosa” a la intervención en donde el aneurisma fue excluido o a la ausencia de endoleaks/complicaciones.

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Las lesiones obstructivas fueron tratadas con stent electivo (implante directo o con pre-dilatación), angioplastia con balón (AB) y balón de cutting (CB) y, en caso de resultado subóptimo, la eventual colocación de stent. Para el tratamiento se usaron stents convencionales (BMS), stents cubiertos (SC) y stents liberadores de droga (DES), principalmente en territorio coronario, o Endografts en lesiones aórticas grandes.

En una cohorte conformada a lo largo de 26 años (1996-2022) se obtuvieron datos de 1149 pacientes con angiografía compatible con TAK. De ellos, se derivó a IP a quienes tenían compromiso vascular avanzado (n=942), siendo tratadas 2450 lesiones (2.6 lesiones por paciente, de las cuales 2365 fueron obstructivas y 85 aneurismáticas o disecciones). La localización fue principalmente subclavia (630), renal (586), aorta (463), carotídea (333), etc. Sobre estas lesiones se realizaron un total de 3805 IP (1.55 IP por lesión), con un éxito del procedimiento temprano de 92.3% y tardío del 84.5% en el seguimiento promedio de 39 meses.

Se observó una mejoría del éxito de la intervención con la IP repetida en aquellas lesiones obstructivas que desarrollaron reestenosis, siendo un 48% en la primera intervención y un 83% en la última. Aquellos pacientes con stent directo tuvieron mejor éxito temprano en comparación con quienes recibieron dilatación previa. 

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En la comparación con los BMS (86.4%; P=0.009), los SC fueron más efectivos en el seguimiento a largo plazo (92.4%). La reestenosis observada del SC solía ser focal, sobre el borde distal, mientras que la de los BMS era una reestenosis difusa. 

Al analizar los segmentos específicos de afectación, tanto las lesiones aórticas e iliacas tuvieron el mejor índice de éxito tardío (≥90%), y las reintervenciones en esta zona fueron principalmente de manera escalonada más que por reestenosis (principalmente con el uso de SC para aplicar alta presión al dilatar). 

Las lesiones subclavias fueron principalmente tratadas con AB, observándose mejores resultados en las lesiones <8cm. Las lesiones coronarias presentaron buen índice de éxito temprano que se vio disminuida en el largo plazo (72%), principalmente con el uso de DES.

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La actividad de la enfermedad persistentemente aumentada (medida por biomarcadores) fue un fuerte predictor de reestenosis en el seguimiento. 

De las 44 muertes observadas en el seguimiento, un tercio se encontraron relacionadas al procedimiento, siendo la hemorragia intracraneal (debido a la hiperperfusión por la recanalización) la principal causa de complicación (60%).

Conclusiones

Se presentó la cohorte más importante de pacientes con TAK que recibieron IP. En esta población se pudo demostrar la factibilidad, eficacia, seguridad y durabilidad del tratamiento percutáneo en la mayoría de las lesiones vasculares significativas. Esto demuestra que puede ser una opción útil para las lesiones obstructivas (con 50% de chances de ser un procedimiento escalonado que requiera más de una intervención). Asimismo, motiva a buscar una expansión de la opción intervencionista en aquellos pacientes con vasculopatía avanzada por TAK.

Dr. Omar Tupayachi

Dr. Omar Tupayachi.
Miembro del Consejo Editorial de SOLACI.org.

Título original: Outcomes of Percutaneous Intervention in Patients With Takayasu Arteritis.

Referencia: Joseph, George et al. “Outcomes of Percutaneous Intervention in Patients With Takayasu Arteritis.” Journal of the American College of Cardiology vol. 81,1 (2023): 49-64. doi:10.1016/j.jacc.2022.10.024.


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